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Os dejamos un texto de primera mano y muy original, con muy buenas imágenes de agua y tierra, donde los hermanos Rocha nos cuentan su último trip a Sudáfrica con Víctor Fernández, campeón del Mundo de Windsurf.
Desarrollo y test del equipo
El calendario en la vida de un windsurfista profesional, gira alrededor del photoshotting de abril en Maui. Los tres meses siguientes son de competición con el nuevo equipo y después de esa fecha, hablamos del mes de octubre, la mayoría busca diferentes destinos donde entrenar en los meses venideros, entre todo el grupo de riders, solo algunos elegidos usan los meses de entrenamiento para poder desarrollar el equipo, como es el caso del protagonista del texto.
Víctor pasa los meses comprendidos de septiembre a enero en intimo contacto con el departamento de desarrollo de North Sails, para afilar su armas y poder encarar el asalto al campeonato del mundo con mayores garantías, consecuentemente anualmente pone a disposición de los deportistas y practicantes la evolución del equipo.
Entre los destinos Maui se convierte en imprescindible, lugar donde se hace el mayor volumen de trabajo de testing, ya que el departamento está instalado en la isla, y cuenta con todas las comodidades y posibilidades, por la variedad de spots que presenta, es a partir de diciembre, cuando existen unas semanas para buscar otros destinos donde llevar los prototipos y probarlos en diferentes condiciones. En esos meses, en la mente de los riders suenan países como Sudáfrica, Chile o incluso el continente Australiano.
En esta ocasión, el elegido fue Ciudad del Cabo. Las razones básicas son evidentes; el porcentaje de días de viento en esos meses, lo que te asegura poder echar el equipo al agua casi con total seguridad y otro añadido el clima, ya que es pleno verano en el invierno Europeo. El ciclo acaba a finales del mes enero, cuando se mandan los prototipos definitivos a fabrica y empiezan con la producción. Los primeros deben salir sobre el mes de abril de fábrica para el próximo photoshooting dirección Maui, con el aspecto y colores de la nueva gama.
Cape Town
Destino ideal para el testing, todas las playas tienen fácil acceso, son de arena y hay buen clima, con lo cual no te da pereza salir del agua a cambiar de vela, y hacerlo de una forma rápida (si no tienes monos alrededor…) otra ventaja es tener viento todo el día, lo que facilita cumplir con el programa y después navegar por libre con los colegas y con el equipo que realmente te dé más seguridad y confianza.
Entre otros pros fuera del agua, además de un clima magnifico, es de los pocos países del continente africano donde cuentas con la mayoría de las facilidades europeas ( se puede convertir en un contra…) y dependiendo de la situación de la moneda, el Ram, puedes encontrarte en un país realmente barato, teniendo en cuenta los servicios y las infraestructuras que ofrece. Una de las ventajas más valoradas por todos los riders, es que en un radio de 1.30h de conducción, tienes un sinfín de posibilidades de playas, lo cual es un plus a la hora de hacer el testing, para probar diferentes medidas y con diferentes condiciones.
Las anécdotas
Al ser todas las velas blancas, es bastante habitual equivocarte de medida al montarla o meterla en el coche.
Conducir por el otro lado, los primeros kilómetros son toda una experiencia para el copiloto y su espejo retrovisor, en este trip me ha tocado a mí conducir, y cumplí estrictamente con la secuencia de errores clásicos del turista novel, buscar el cinturón por mi izquierda, las marchas en la puerta, pulsar los parabrisas al cambiar de dirección al intentar señalizar la maniobra y quedarte inmóvil ante un cruce o rotonda.
Inmóviles… nos quedamos en más de una ocasión por la actividad que ha presentado la fauna, monos, avestruces, pingüinos, todo tipo de aves y roedores, hemos surfeado y navegado con delfines, focas y quien sabe… posiblemente con tiburones. El mar huele a vida, en este viaje más que nunca.
Nunca habíamos pilotado un avión… pues se dio la circunstancia en este viaje que, gracias a que Víctor hizo amistad con un suizo, que tenía ciertas dudas en como montar su 4.2, una vez finalizadas las aclaraciones técnicas nos ofreció volar el cielo sudafricano, consecuentemente a la mañana siguiente tuvimos el placer de disfrutar las vistas aéreas de toda la línea de costa que normalmente acostumbramos a navegar.
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